domingo, 1 de abril de 2012

"Algo va mal"


“Algo va mal” es el último libro de Toni Judt, historiador y escritor londinense que ejerció la docencia en la Universidad de Nueva York y que murió el año 2010 aquejado de una enfermedad degenerativa a los 62 años. Autor de la magnífica “Postguerra, una historia de 1945 hasta hoy” no fue un autor prolífico que nos legó en su última obra sus ideas sobre la crisis.

Lo que plantea Judt es que la situación actual es debida a la revolución intelectual conservadora iniciada hace treinta años y fomentada por la dejación de la izquierda que coincide con la derecha en la exaltación del individualismo a partir de los años 60. Se trata de una teoría que confronta el valor de lo público frente a lo privado, de la socialdemocracia surgida después de la II guerra mundial frente al conservadurismo privatizador. Evidente partidario de lo primero achaca a la pérdida del concepto de cohesión social y lo que conlleva (confianza en los demás, tributación progresiva, estado interviniente) además del abandono de la política por parte de la ciudadanía.

Se muestra Judt, por una parte, muy británico en su evidente parentesco con la ilustración escocesa de Adam Smith y David Hume además de plantear las soluciones de Keynes y, sin nombrarlo, salvo en algunas citas a principio de capítulo, el liberalismo de Stuart Mill, autor que, no olvidemos, abrazó el socialismo, con la inestimable influencia, todo hay que decirlo, de su esposa Harriet Taylor.

De acuerdo con el planteamiento general del libro, que he de decir que es ameno y se lee con agrado me parece que hay puntos cuando menos discutibles en los que discrepo. La continua referencia al socialismo real como resultado del marxismo, sin hacer la menor diferenciación. El hecho de que el pensamiento de Marx se plasma de manera simple incluso arquetípica, lo que parece extraño en un estudioso que dedica sus primeras obras a Marx y el socialismo. Incluso en un capítulo dice que es inútil tratar de separa al pensador alemán con lo sucedido en el este aduciendo que lo que ha ocurrido realmente es una interpretación errónea de su pensamiento. Se podría discutir si errónea o no pero lo que no se puede decir es que no sea una interpretación. Marx nunca habló de que sistema económico era el socialista, y llegó a decir en vida que si eso era lo que decían de él no era marxista. No sé si Judt achacaría a Jesús de Nazaret la inquisición.

Por otro lado es una obra que me ha dejado la sensación de que tras el análisis, que comparto en lo fundamental, no hay una propuesta clara, incluso cuando plantea la vuelta a la socialdemocracia y lo que es indica que no es suficiente sin señalar que es lo que falta y sin proponer algo más concreto como dando a entender que la batalla si no perdida va por mal camino.

En estos días de zozobre e indignados una propuesta de uno de un gran pensador que sitúa las cosas en su terreno y que ha de hacer reflexionar a la izquierda que a lo mejor no lo eran tanto y abrieron las puertas a la derecha. La obra termina con Marx, sin citarlo “Hasta ahora hemos entrepretado el mundo, ha llegado la hora de transformarlo”. Tarea que deja para otros pero nos interpela y provoca, la praxis es fundamental, necesaria y obligatoria para un partido como el nuestro que debe ser valiente en sus planteamientos y ganar de una vez la batalla de las ideas sin caer en falsos buenismos y sin dejarse llevar por los cantos de sirena de las bondades de la sociedad capitalista. Sólo con la utopía, que no es otra cosa que afrontar el futuro con valentía, el realismo, con los pies en tierra, y la continua metamorfosis, transformarse manteniendo lo fundamental, la ideología, podrá el socialismo no sólo ser alternativa sino hegemónico, que no es otra cosa que derechos fundamentales, igualdad, liberal y democracia radical… nada menos.

Luis Miguel Guerra


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