sábado, 2 de junio de 2012

Historia ¿y por qué no?


En estos días en que todo lo que tan sólido parecía amenaza con venirse abajo quiero aprovechar este espacio para hacer una reflexión recomendando un libro como en su día hice con el de Toni Judd. Se trata de un libro de Historia, que nadie se asuste. Una referencia absoluta para conocer el pasado siglo, un siglo corto, como lo califica el autor ya que comienza con la 1ª Guerra Mundial y finaliza con la desaparición de la URSS. Desde un análisis marxista explica todos los hechos acaecidos durante aquellos años, caída de los imperios, fascismo, guerra fría, descolonización. Una visión global y preclara para todos los que quieran conocer la historia del siglo XX obra de Eric Hobsbawm que sólo por la edad que tiene, 95 años, ya se convierte en envidia de historiadores. Nacido cuando Lenin había redactado las “Tesis de abril” y estaba preparando la insurrección de octubre ha visto todo el siglo XX y continúa hablando y escribiendo como el primer día. Me ha llamado siempre la atención cuando explica que camino de la escuela con su hermana pequeña vio en un diario en 1933 que Hitler se había convertido en canciller de Alemania. Anécdotas a parte un libro de historia, y más uno como este, es necesario para comprender lo que está sucediendo y también, aunque parezca algo que va contra el concepto mismo de “historia”, lo que puede suceder. No se trata de ciencia ficción, ni mucho menos de magia negra o como creían y siguen creyendo algunos marxistas que se autoproclaman ortodoxos que mediante el análisis es predecible lo que ha de venir. Por cierto ni más ni menos equivocados que los que desde el ultra conservadurismo anunciaron aquello tan sonoro de “el fin de la historia”. Volviendo al punto en que parecía iniciarse la parte profética he de decir que no se trata de saber que sucederá porque eso es imposible pero sí de aprender que todo lo que parece sólido tiene sus puntos débiles, desapareció la URSS, el crak del 29 hizo casi desaparecer el sistema capitalista y el Reich de los mil años no duró tanto. Los hechos pasan pero las ideologías permanecen, lo que parece más endeble se mantiene con el paso del tiempo esperando que alguien las recoja y las vuelva a poner en práctica. El socialismo no ha muerto ni morirá, se transformará porque es parte de su esencia y volverá con fuerza porque es consustancial al ser humano. Y algunos historiadores pondremos nuestro granito de arena porque el pasado es indestructible, y ahí es donde reside su fortaleza, en el ejemplo y la enseñanza de un devenir perpetuo que ha de conducirnos a un mundo mejor. La tarea del historiador es comprender el pasado, que no significa perdonar, y, al menos así lo entiendo yo, combatiendo todo lo que violenta los derechos de las personas, su libertad y su dignidad. La comprensión de la historia conciencia de lo que es justo e injusto y generación tras generación el historiador tiene la obligación de explicar las luchas de los que nos precedieron para preparar un futuro mejor.

          Luis Miguel Guerra

1 comentario:

  1. A partir de esta declaración de principios, se me ocurre que sería muy útil que los historiadores hicierais una historia del liderazgo de los partidos socialistas, con una especial atención a la necesidad de cambiar el que fue funcional en los primeros años de la transición democrática y ahora no responde bien al momento en que vivimos.Algo al estilo de lo que Tuñón de Lara hizo en aquel pequeño libro "HIstoria y Realidad del Poder".

    ResponderEliminar